Amar despues de Morir o Los Delirios de Von Cosel

Para algunos puede sonar Romántico, para otros inverosímil, pero para quienes conocieron la Historia de Carl von Cosel y Maria Elena Milagro de Hoyos resulta simplemente asqueroso.

En un lejano 1927, el aleman Carl Von Cosel decide emigrar de su pais natal hacia las calidas latitudes de Florida, dejando atrás a su familia y conocidos, toda una aventura para un maduro hombre de 50 años. Gracias a sus conocimientos científicos inicio sus servicios como radiólogo y patólogo en el Hospital de la Marina, el cual, por su condición de hospital militar, solía estar repleto de caballeros veteranos de guerra, sin mayor opotunidad de encontrar a una paciente femenina.

Sin embargo, en el mes de abril de 1930, el Dr Von Cosel conocería a quien sería la dueña de su corazón, la joven de 21 años y negra cabellera Maria Elena Hoyos. El flechazo de Karl fue inmediato, sin embargo la joven estaba gravemente enferma de tuberculosis. Von Cosel hizo hasta lo imposible para tratar de salvarla, aplicando todos los tratamientos conocidos hasta el momento, e intentando unos poco ortodoxos. Sin embargo, los insignes cuidados del caballero no pudieron arrancar a la joven de los brazos de la muerte, pues en una triste mañana de octubre, apenas unos pocos meses despues de conocerse, la joven exhaló su último suspiro.

He de mencionar que hasta acá llega el romance (por lo menos, el romance tradicional y "natural") y comienza lo repulsivo.

El caballero se sentía devastado por el inútil resultado de sus esfuerzos, sin embargo, como prueba última de su devoción hacia la joven solicitó a los padres de esta cancelar los costos funerarios y construir un mausoleo en su honor. La familia dió su aprobación, sin sospechar que el benefactor y amante había planificado cuidadosamente la disposición de la tumba, guardando para sí una llave que le permitiría el acceso todas las noches al Cementerio de Cayo Hueso y al lugar de descanso de su amada Helena.

Quizá cansado de evitar las sospechas y peligros de aventurarse cada noche en el cementerio, en abril de 1933 decidió retirar el cadáver de Helena del cementerio para brindarle el hogar que no pudieron compartir estando ella en vida.

En un complejo trabajo, el alemán se encargó de unir los huesos por medio de cuerdas de piano, colocándo ojos de vidrio en cada cuenca ya vacía y adornándole con una peluca que Helena había usado antes de morir.

El rostro fue tratado con un compuesto de cera, el cual le daba una apariencia brillante. El cadaver delicadamente vestido y adornado con joyas y guantes era perfumado y desinfectado continuamente por Von Cosel, para evitar los nauseabundos olores de la descomposición.

El tiempo transcurrió mientras noche a noche, Von Cosel se acercaba al lecho de su amante para materializar su unión conyugal. Sin embargo, los comentarios acerca del loco alemán cobraban fuerza y en 1940, nueve años despues de la muerte de Helena, la familia de la joven confrontó a Von Cosel, descubriendo la mórbida escena: el cadáver, elegantemente ataviado, yacía sobre el lecho matrimonial.

Las autoridades fueron inmediatamente notificadas, y Von Cosel fue apresado mientras se efectuaba el juicio bajo los cargos de "destrucción maliciosa y lasciva de una tumba y extración de cuerpo sin autorización". El caso, sin embargo, se cerró y fué liberado de sus cargos, pues el delito ya había proscrito. Sin embargo, el peor castigo para Carl fue el haber sido separado de su amada Helena, por lo que elaboró una réplica del cuerpo, con el cual vivió hasta el día de su muerte.