lunes, junio 21, 2010

En un paradisíaco pueblo pesquero...



...bendecido por costas de arena blanquísima bañada por espumosas olas de agua tibia, frondosas palmeras que invitan al descanso y la relajación, pobladores amables que se desviven por atender al turista convidándole deliciosos manjares, la Isla de Coche, con una elevación mínima de 60m sobre el nivel del mar, ha representado un paraíso terrenal desde la época de la colonia, cuando las perlas salinas que reposaban sobre el lecho marino enloquecían a los europeos.

Hoy en día, Coche representa un paraíso tropical, no tan exclusivo y costoso como Los Roques, pero no por eso menos interesante o divertido. Muy poco se llega a escuchar respecto a la crónica roja en este soleado territorio venezolano, excepto algunas riñas entre locales y sucesos sin mayor importancia. Este sábado 19 de Junio, sin embargo, la tranquilidad del poblado se transformó en ira irrefrenable, cuando tras una trifulca en plena elección de la reina local, se produjeron cuatro asesinatos, tres de ellos a balazos y uno más, de un policía local, a manos de los mismos pobladores.
El problema inicia con una confusa situación donde un guardia nacional, quien no se encontraba en funciones, aparentemente saca a relucir una pistola, un segundo individuo recibe un golpe en la cabeza, los policías locales desenfundan sus armas, disparan a quemarropa al guardia causándole la muerte a éste y a otras dos personas y de allí todo se transforma en una pesadilla sin sentido.

Un grupo de personas decide tomar la justicia por su propia mano, persiguen a los policías y terminan dirigiéndose hasta el módulo policial local, donde encuentran a un funcionario que se encontraba de guardia. Éste, ajeno al hecho, es sorprendido por la turba rabiosa, recibiendo golpes y patadas, hasta que una piedra de proporciones descomunales le revienta la cabeza y deja su masa encefálica desparramada por el piso. No satisfechos con ésto, prenden fuego al cadáver, así como a la infraestructura.





El ser humano es capaz de los actos más sublimes pero también de los más ruines y crueles, un grupo violento puede cercenar la vida de sus coterraneos en un suspiro, pero llama la atención cómo la sociedad venezolana reconoce la carencia de justicia y está dispuesta a hacerla cumplir con sus propias manos, siendo juez, jurado y verdugo, pues la experiencia ha demostrado que un homicidio a manos de un policía, al menos en Venezuela, y en especial en los últimos años, NUNCA será investigado y castigado imparcialmente, a pesar de las pruebas y testigos que existan.


Lamentablemente la espiral de violencia crece, insuflada por el alcohol y las drogas, llevándose por delante víctimas inocentes y multiplicando los cadáveres sobre el pavimento.

Más información Reporte Confidencial

1 comentario:

Juan RRR dijo...

Lo más paradisíaco del asunto es que, hasta el momento, nadie sabe en verdad que pasó.